Identificado

Leido en PsicoFXP

Maxlop, un usuario de Psico, nos envia una muy realista vision de la adolescencia, de nuestras creencias e ideas y las contrasta con lo que realmente paso.
Si bien es cierto, que en algunos casos me fue mejor que el (yo SI tuve auto a los 18, pero no me sirvio de mucho, seguia siendo poco atractivo y totalmente inutil con las mujeres), el resto de las cosas me hicieron sentir identificado y quise compartirlo con ustedes.

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Yo quería ser un ganador, yo quería ser como esos tipos que entran a un boliche bailable y después de dos palabras, encaraban pal reservado con la minita que habían elegido. Yo quería ser como esos que en la playa se sacan la remera y dejan ver un físico trabajado, abdominales perfectos, bulto prominente. Yo quería ser el centro de atracción, quería que todas las minas estuvieran atrás mío y que se me acercaran para hablar de pelotudeces, pero sólo con la intención de violarme más tarde y acceder a todas las posiciones que se ven en las porno. Yo quería tener un auto a los 18 o 20, vivir solo y contar con un departamento bien amueblado, con una linda bodega y cerveza siempre en la heladera.

Ya en primer año de secundaria, mi primera novia se acercó a mi para conocer a un compañero que era morocho de ojos celestes y alto. Yo en ese tiempo era del tamaño de una muestra gratis, un choclo tenía menos granos que yo y encima mi voz era una mezcla de Quico y la Chilindrina. Qué extraño y doloroso fue para mi no entender luego de mi priber beso, que ella me dijera "chupá una naranja durante una semana y después lo intentamos de nuevo". Cuántos campamentos me tuve que comer afuera de la carpa haciendo campana a la noche, mientras los más vivos se recontra mataban con las más lindas de la división.
Yo quería ser como ellos, un exitoso, un winner.

Me anoté en el gimnasio, estaba dispuesto a trabajar mi cuerpo, a sudar la gota gorda para forjar hombros anchos, músculos atractivos, piernas fuertes, pectorales movibles como los de Chong Li en El gran Dragón Blanco. Primero me costó asimilar que el jogging no era la prenda que mejor me quedara, tenía más bulto mi ombligo que mis genitales.
Y después nunca tuve en cuenta que esas pesas pueden llegar a ser complicadas y más aún esos putos aparatos con roldanas. A la quinta vez que el profesor tuvo que venir a desengancharme del aparato ese en que uno se sienta, apoya la espalda y estira los brazos para alcanzar el manubrio gigante que cuelga a millones de años luz de altura de alguien tan petiso como yo, entendí que el gym no era lo mío. Aerobic con las minas no me animé a hacer, era muy de puto (qué bien la hubiera pasado snif).

Ok, el gimnasio no es lo mío, pero por ahí si el atletismo. Error. En salto con vallas, me era más fácil pasar por abajo que saltarlas, en salto en largo siempre me pasaba de la puta línea blanca, y cuando no lo hacía, aterrizaba de cabeza en la arena, despatarrado y convertido en milanesa humana. Salto en alto... cómo se hace para saltar de costado? Después de la operación que me hicieron para extirparme el caño, dije: NO PUEDE SER, necesito probar con otras cosas.

La carrera de posta; ahí sí llegué primero a la meta, pero claro descalificado porque nunca esperé a mi compañero para que me diera esa posta de porquería. Y bueh, si no explican el funcionamiento... Resistencia; me cago en el Test de Cooper, quién fue el biznieto de un vagón de putas que lo inventó???? Los pulmones me explotaban, me faltaba el aire y sentía un olor a hierro tremendo mientras alucinaba que venía una de las Jau Mach y me hacía mimitos en un banco del parque Lezama.

Definitivamente el deporte no era lo mío, no me daba la altura, los pulmones, etc.
Y la muy turra de mi abuela cada vez que me veía me decía: "ya vas a pegar el estirón, quedate tranquilo". Estirón, estirón, yo quería de una vez por todas dejar de usar el ascensor para llegar a sentarme en el inodoro!!!!!

Bueh, me dije, no seré un deportista, pero seré un intelectual. Pero claro, las minas en ese momento querían fiesta, no querían escucharme a mi recitar de memoria "El gaucho Martín Fierro", o "La vida es sueño" de Calderón de la Barca. La única que me daba pelota era una flaquita, más lentes que cara, fea fea fea. Papá me decía "esa chica va a ser muy linda en un tiempo". Si te hubiera escuchado viejo!!! hoy es un alto minón, que siempre me tortura diciéndome: "pensar que en primer año me volvías loca". Por favor, ¿alguien me alcanza un extirpa huevos?

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Adolescencia... que cosa terrible....